miércoles, 8 de abril de 2015

Sala Cuna... Conciliación Laboral

En otro post escribí respecto a los derechos que como madres tenemos, dos de ellos son:
- Una hora de lactancia exclusiva con nuestro bebé, y lo importante es que el tiempo de traslado al lugar en que se encuentra nuestro bebé es adicional a esta hora. Por ejemplo: Si mi hija está en sala cuna y me demoro 1 hora en llegar a ella, me voy 2 horas antes de mi horario de salida (eso siempre y cuando me tome la hora de alimentación al final de la jornada)
- La empresa con mas de 20 trabajadoras debe  disponer de una sala cuna para sus empleadoras, o pagarle una que quede a una distancia razonable del hogar o lugar de trabajo y que permita a la madre o padre una rápida reacción en caso de algún problema con el bebé.
Ambos beneficios son hasta los 2 años del hijo(a).

Bien, mi hija esta asistiendo a Sala Cuna desde la segunda semana de marzo. Pasamos dos semanas haciendo la inducción -aprovechando mis vacaciones- y aumentando el tiempo de permanencia desde 1 hora hasta 10 horas, de 7:30 a 17:30... Y fue doloroso para ambas, los primeros días ni yo me quería ir, ni ella se quería quedar, pero por ahora no tenemos otra alternativa, lo bueno es que nos queda muy cerca de casa, y de mi empresa nos han apoyado en todo. A esta altura ya está más acostumbrada, y de hecho ayer cuando la fui a buscar ni siquiera lloró, como los otros días que era cosa de verme y sentarse en el suelo a llorar desconsoladamente.
Supongo que ella algo ha comprendido que no es que yo quiera dejarla ahí, o el papá, si no que nos vemos obligados a eso, porque en Chile se cree que a los 6 meses los bebés están listos para separarse de sus madres y estar solos todos el día. Lo importante es que cada mañana le digo que por la tarde iremos por ella, y en la tarde la abrazo con todo el amor y le converso de mi día y le pregunto por el de ella.

Para mí sigue siendo un tema difícil, todas las semanas pienso en renunciar, no por mi trabajo, sino por esta necesidad de estar con mi Mariposita todo el día, encuentro que aun es tan pequeña para estar solita, y no es que me parezca que los niños no deben interactuar con otros, pero debería ser de manera más natural -no por obligación- y desde los 2 o 3 años en adelante, no desde los 6 meses.
He llorado mil veces y otras tantas me queda el nudo en la garganta y el corazón triste, cada lunes es tan complicado como el primer día que la dejé en la sala cuna, cada día anhelo un milagro que me permita no trabajar más y diisfrutar mis días tranquila en casa.
Lo bueno es que con PapaKine estamos haciendo un plan para solucionar esto en el mediano plazo, por ahora, en el trayecto a la sala cuna me desconencto del trabajo, relajo mi mente y dispongo mi cuerpo para el amor maternal, de modo que cuando llego a casa estoy al 100% disponible para ella, hasta que cae en los brazos de morfeo, cansada de todas las actividades del día.

Y pensando en el mediano plazo es que lancé mi emprendimiento, ya les contaré en un próximo post, mientras tanto estoy afinando los detalles.