jueves, 11 de enero de 2018

Mamá a tiempo completo + Dueña de casa

Tres y medio meses desde que decidí quedarme en casa trabajando y cuidando a mi dos pequeños hijos, desde que decidí no volver a buscar trabajo en una oficina para estar con ellos y disfrutarlos. 

No ha sido un camino fácil, pero no me arrepiento: SOY FELIZ. 

Hay días en que ando modo “mamá gritona” toda la mañana, hay días en que sólo quiero dormir todo el día, hay días que quiero estar sola y hacer mis cosas tranquila, sin nadie encima de mí... pero luego los miro, me miran, me sigo enamorando de sus caritas exquisitas, sus sonrisas, sus abrazos, sus besos, sus miles de muestras de amor, y vuelvo a reiniciarme, a bajar la neura porque por ellos lo vale todo.

Dentro de lo maravilloso de este tiempo con mis pollitos puedo destacar dos cosas que me llenan el corazón haber podido presenciar:

Primero, el gusto por el ballet que ha ido naciendo en Antonia. Es verdad, es pequeña aun, puede que después se olvide. Sin embargo, por el tiempo que dure su vocación de bailarina de ballet yo estaré buscando videos en youtube y viendo sus presentaciones en casa, llenas de nuevos trucos, pedidos de “mírame mamá” y su creatividad e imaginación. Por supuesto, es –además- una excelente actriz/intérprete, ¡¡me encanta!! Y cuando nos hace sus presentaciones es como si estuviera ante el público más selecto, me siento honrada y enamorada de sus pasiones; Por otro lado, he aprendido mucho sobre los Paw Patrol y My Little Ponny, me tengo que mantener al día en las tendencias de monos animados, aunque sólo los vemos los días viernes, y algunos otros días con excepciones (… o visitas a casa de los abuelos).

Segundo, a medida que mis críos crecen admiro lo maravilloso de sus procesos de aprendizaje, es impresionante cómo van adquiriendo habilidades de forma tan natural, como despierta su curiosidad. En este proceso, estoy disfrutando cada avance de Arturo en el proceso de aprender a comer solo, cada nuevo movimiento, cada mejora en la coordinación, y cuánto lo disfruta: el agarre de la cuchara, usar la mano en caso de necesitarla, llevar la cuchara a la boca, lograr sacar toda la comida de la cuchara, rescatar lo que se cae, y hacer algunos experimentos, como meter la cuchara con comida a la leche… ¡probar cosas nuevas es la idea! Además aprendió a darme abrazos y besos, y me dan ganas de comérmelo cuando llega todo coqueto y se me tira encima, es un irresistible, aunque tiene su genio el pequeñín... ¡uf! vaya que sí.

Aun resiento la soledad de la maternidad, muchos ya ni nos invitan a sus eventos, celebraciones y demás, otros ya no nos visitan, nuestras familias están lejos, pero Dios muestra su amor de mil maneras.

Raya para la suma, uno de mis principales propósitos este 2018 es disfrutar esta decisión, esta etapa de ser mamá y dueña de casa, sin exigirme perfección (estoy enseñando a Anto que la perfección no existe aquí en la tierra, sólo Dios es perfecto) ni la "casa piloto", vivir/disfrutar a mis AA++ [Antonia + Arturo] a concho, relajarme un poco, formar ideas de vida saludable, meterme en sus intereses (autos por un lado, ballet por el otro), y aprender de ellos: se demoran segundos en perdonar, aman sin límites, creen sin cuestionar demasiado, son curiosos por naturaleza, son felices (como yo).