jueves, 27 de febrero de 2014

Amamantar, dar lo mejor de uno misma

Uno de los milagros más hermosos de este periodo de mi maternidad ha sido amamantar a Antonia, porque a través de mi leche le estoy traspasando lo mejor que tengo, no sólo el alimento... sino que también el amor, el cuidado, mi atención y, toda la protección y contención maternal.

Es sin duda un regalo esta posibilidad de poder alimentar a mi hija con el pecho, pero no ha sido un proceso exento de complicaciones, ha sido un viaje de aprender con calma y ser persistente, de amar con dedicación y esfuerzo, de tener presente lo importante que es mi leche para ella, tanto en lo biológico (defensas, nutrientes únicos, etc.), como en lo emocional.

Inicialmente fue fácil que bajara el calostro, pero nos costó unos días aprender una buena técnica de lactancia, lo que provocó que mis pezones se rompieran y fuera muy doloroso dar el pecho; pero eso no nos detuvo a ninguna de las dos, el amor fue más fuerte y con paciencia apliqué la cremita de lanolina después de cada momento de amamantar y asearlos, hasta que sanaron y seguimos con el siguiente paso.

Después pasamos unos ricos días sin mayores inconvenientes, disfrutando de la intimidad que nos da a ambas el tiempo de lactancia, es maravilloso pasar esos momentos con mi hija, porque son sólo nuestros, porque la unión va más allá de lo físico, va en el lazo de amor que se va fortaleciendo, en ese piel a piel, miradas, caricias y tiempo en que mi atención es toda suya, en que la miro con detención, le hablo, la mimo... la amo!

En la siguiente semana fue la bajada de la leche, tuvimos un pequeño inconveniente al respecto y fue necesaria mucha paciencia para estimular que la cantidad necesaria bajara para alimentar a mi bebita, al principio fue frustrante, una piensa muchas cosas feas de si misma, pero con el apoyo de mi esposo y mi firme propósito de amamantar a mi hija con mi leche, me tragué la pena y me puse a trabajar... hasta que la leche bajó y hoy es sólo una parte más del proceso, dolorosa, pero de mucho aprendizaje.

Y este proceso sigue, cada día es un desafío, pero también es un dar gracias a Dios por este tiempo en que puedo producir en mi seno el alimento de Antonia, y saber cuan bien le hace para su cuerpo y para su corazón. Gracias Señor, y gracias a mi esposo que en cada paso va junto a nosotras afirmándonos.

sábado, 22 de febrero de 2014

Primeras dos semanas

Ya han pasado las primeras dos semanas en que Antonia está con nosotros, preciosa hija que Dios nos regaló.

Concuerdo en que ser padres es algo maravilloso, pero también confieso que este tiempo no ha sido fácil, sobre todo para mí. Primero fueron mis hormonas que aún siguen medio revolucionadas y tratan de volver a la normalidad, lloré muchos días de desconcierto, de alegría, y otras veces sin saber a ciencia cierta por qué; tuve que darme el permiso para llorar, porque no es muy bien visto, muchas veces esperan que la nueva madre sólo sonría, pero es un cambio tan grande que el cuerpo no resiste mucho sin lagrimear.

A lo anterior se suman las trasnochadas, porque los bebés no naces con el horario hecho, y al inicio están recién adecuándose a su nueva vida, entonces mi Anto despertaba mil veces en la noche, lloraba desesperada y nosotros locos por otro lado sin saber qué le pasaba.
Vinieron también los temas de malestares que en un mínimo número fue experimentando, cólicos, dolores de guatita, irritabilidad, problemas con su caquita, y sumado a eso las mañitas por querer estar todo el rato en brazos y luego pegada a la pechuga de la mamá.

Por otro lado, mi proceso para amamantar no estuvo exento de problemillas, primero los pezones que se rompieron mientras ambas aprendíamos la técnica, y luego la bajada de leche que por unos días costó bastante. Gracias a Dios ya estamos con una plena producción láctea para que la princesa crezca con todas las defensas y nutrientes que necesita.

Y pese a todo lo anterior, a todos los miedos de que algo le pueda suceder, a todas las desveladas que nos quedan y a todas sus mañitas, ¡¡¡AMO a mi Antonia!!! Ha sido maravilloso verla cada día con algo nuevo, sus miradas, sus pequeñas sonrisas, sentirla pegadita a mi pecho para alimentarse, su mano agarrada de mi dedo, compartir con mi esposo este tiempo de ser padres y la emoción del amor sin limites.

Agradezco a Dios cada día por nuestra hermosa familia, por esta hija que nos ha nacido, y por el milagro del amor. Y ahora a dar pecho... jejejjeje

sábado, 15 de febrero de 2014

Y llegó nuestra Antonia!!!

Después de 12 horas de trabajo de pre-parto, de sufrirme las contracciones desde las 3 de la madrugada hasta las 3 de la tarde, y de varias cosas más, a las 15:01 del miércoles 05 de febrero, nació nuestra hija Antonia Ester. El parto en sí fue bastante corto, tenía una matrona que me motivó a pujar con todo para que saliera mi hija, así que en 2 o 3 minutos ya estaba afuera. Cuando me la pusieron sobre el cuerpo no atiné a nada, la veía y me parecía increíble que ya hubiera nacido, estaba impactada y lloré. Luego le hicieron los primeros exámenes y me la volvieron a poner unos minutos, la miré y ella me miraba con sus ojitos plomos y bien abiertos, la olí y su olor era exquisito (aún lo es), la besé en la frente y su piel era suave y estaba calentita, y me enamoré de mi hija, fue algo genial, se veía tan pequeñita, pero tan... tan hermosa, que todos los temores se esfumaron y la amé. Luego de recuperarnos ambas, me la llevaron a mi habitación, y comenzamos la segunda parte del apego, me la puse contra mi piel y la dejé ahí por unos minutos, luego la amamante y comenzó a salir el calostro, y la miraba y la encontraba tan bella que no podía creerlo. Pasamos 2 días en la clínica y luego nos vinimos a la casa, ella se sintió a sus anchas de inmediato jejejje. Cada día que ha pasado desde entonces ha sido de conocernos, hay miedos de no hacerlo bien, hemos pasado algún que otro susto, pero verla cada día y cada noche es maravilloso, amamantarla es un regalo de Dios, y todo, todo lo que ha traído a nuestras vidas llena mi corazón de amor. Un día a la vez, no me preocuparé de lo que vendrá después, hoy disfruto hasta los desvelos y sus mañas, me encanta estar con ella y regalonearla, no importa qué venga mañana, hoy estamos los 3 juntitos con el papá y la mimaremos hasta cansarnos. Gracias Señor por esta princesa que ha llegado a nuestro Reino Privado.